La alta inmigración latinoamericana a la minería provoca que niños aborígenes de la zona estén aprendiendo castellano.
La aldea de Oodnadatta está situada más de mil kilómetros al norte de la ciudad de Adelaida. Cuenta con un único acceso mediante una conocida carretera sin asfaltar y en ella viven alrededor de 200 habitantes. Allí más de medio centenar de niños y aborígenes, pertenecientes a una minoría étnica marginada que vive en la pobreza, están aprendiendo español gracias a una maestra australiana y una asesora de educación.
El motivo es que a unos 500 kilómetros al sur de Oodnadatta está el centro minero Roxby Downs, a donde han comenzado a llegar inmigrantes latinoamericanos. Los niños aprenden castellano dos veces por semana y ya conocen algunas palabras y números. Los esfuerzo de las educadoras parece estar dando sus frutos pese a las dificultades, ya que según cifras oficiales sólo el 10% de los estudiantes de las comunidades remotas logran graduarse.