Según el director del G20 Studies Centre y Miguel Ángel Martínez Rolland, el crecimiento en el futuro próximo vendrá de Asia, por lo que formar parte de foros globales está en el interés de todos.
La tercera sesión del seminario ‘Australia, Spain and the EU: partnering in an uncertain world’, organizado por la Fundación Consejo España-Australia junto con FRIDE, estuvo moderada por el presidente de FRIDE, Pedro Solbes. Bajo el título ‘La contribución de los actores asiáticos a la reforma de la gobernanza global’, contó con las ponencias de Mike Callaghan, director de G20 Studies Centre, de Lowy Institute for International Policy; y Miguel Ángel Martínez Rolland, consejero senior del Tesoro Público.
De acuerdo con el analista Mike Callaghan, “los mercados emergentes y los países en desarrollo están contribuyendo actualmente en un mayor porcentaje al PIB mundial que la suma de las economías avanzadas”. Así, la aportación de los BRICS supone un 26%, y la de ASEAN es aún superior. Además, el poder de China como líder financiero mundial está aumentando, indicó el director de G20 Studies. Según Callaghan, estos datos demuestran que el centro global de actividad, y en particular el económico, está dirigiéndose a Asia, donde Australia está integrada. La región, por lo tanto, necesita coordinación y voz internacional. Aumentar la voz de Asia o centrarse en “aquellas áreas donde se necesita la cooperación internacional” son, según afirmó, algunos de los principios que defiende Australia.
Por su parte, Miguel Ángel Martínez Rolland describió el movimiento del centro de la economía mundial hacia Asia como el paso del “drama” al éxito. Según señaló, el modelo principal ya no está establecido por el Fondo Monetario Internacional sino por Asia. Además, el G20, al que también pertenecen España y Australia, está reemplazando al G7, un cambio del que China es en gran parte responsable, según su opinión. El país asiático es hoy “el acreedor de resto del mundo”, añadió. Tal y como recordó Martínez Rolland, en los últimos años, la economía española también se ha visto beneficiada de un aumento exponencial de las exportaciones a China.
Ambos ponentes hicieron hincapié en los intereses comunes que comparten España y Asia-Pacífico, de los que destaca la regulación financiera. Ambos coincidieron en que, por lo tanto, el G20 debe funcionar como un foro regional para mejorar la colaboración económica y para mantener una coordinación real de las políticas.
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