La protección a las víctimas y la prevención son dos de los aspectos clave en la labor desarrollada por las autoridades españolas
Los Líderes Australianos 2017 mantuvieron una nueva reunión en el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, en esta ocasión con Francisco de Miguel, subdirector de Cooperación Internacional contra el Terrorismo, materia en la que España es un referente internacional.
Tras realizar un repaso de las actividades terroristas en España desde la fundación de ETA en 1958 hasta la actualidad, y el desarrollo del terrorismo islamista tanto fuera como dentro de nuestras fronteras, Francisco de Miguel explicó a los Líderes los pormenores de la lucha contra el terrorismo, que para España “es prioridad nacional”.
Las claves de la lucha contra el terrorismo en nuestro país se fundamentan, según explicó Francisco de Miguel, en la defensa de los valores de la Constitución Española (pluralismo, democracia, derechos humanos), en el desarrollo de legislación adecuada y promoción de la cooperación internacional y por último, en la protección a las víctimas del terrorismo.
Todas estas ideas se enmarcan dentro de la política antiterrorista de la Unión Europea, donde se lleva a cabo “una intensa cooperación en las áreas de justicia y trabajo policial (Eurojust, Europol)”, así como la adecuación a las posiciones de la ONU sobre esta materia.
La política antiterrorista española se modificó tras los atentados de Madrid en 2004, a raíz de los cuales se mejoró la seguridad de las infraestructuras críticas y se incrementó la coordinación entre administraciones y departamentos policiales, así como con instituciones de otros países.
Uno de los aspectos de la lucha contra el terrorismo más apreciado por los Líderes fue el de la prevención, especialmente el Plan Estratégico Nacional de Lucha Contra la Radicalización Violenta (PEN-LCRV), aprobado en enero de 2015 con el objetivo de detectar y neutralizar posibles brotes o focos de radicalismo, actuando sobre colectivos o individuos en situación de riesgo. El plan, entre otras cosas, intenta introducir los valores de la sociedad en la educación religiosa, especialmente en barrios y ciudades donde existe mayor riesgo de radicalización.
Susan Windybank y Liam Nevill se interesaron específicamente por la lucha contra la propaganda de organizaciones como DAESH, que ofrecen una imagen poética y aventurera contrapuesta a la “normalidad” de una vida en la sociedad occidental en la que muchos musulmanes no terminan de encajar.
Para Francisco de Miguel es esencial, además de promover el diálogo interno en estas comunidades, establecer planes de desarrollo, “crear otros focos de actividad para ofrecer a los jóvenes” como centros culturales y deportivos. Entre las ideas más importantes que se quiere transmitir, según el subdirector de Cooperación Internacional contra el Terrorismo, se encuentra la de la universalidad del derecho a la vida, que incluso aparece en el propio Corán. “La mayoría de víctimas del Estado Islámico hoy en día son musulmanes, eso es algo que hay que hacer ver. La idea de que el terrorismo amenaza la vida de los musulmanes es una de las bases de esta lucha”, concluyó.
