Entrevista a Garth Pratten, uno de los representantes de Think Tanks australianos que participó en el III Programa Líderes Australianos
El Programa Líderes Australianos 2017 contó con la participación de cuatro representantes de destacados Think Tanks australianos. La Fundación Consejo, en su activa política de comunicación, viene publicando periódicamente entrevistas con sus participantes.
Doctorado en Historia por la Universidad Deakin, Garth Pratten es profesor del Strategic and Defence Studies Centre y subdirector de la Coral Bell School of Asia Pacific Affairs. Es experto en historia y análisis militar.
Como experto en historia militar, ¿cómo cree que está evolucionando el sector en los últimos años?
Creo que estamos viviendo un periodo interesante, ya que hemos tenido diez años, e incluso más, en el que el foco ha estado centrado en luchar contra insurgencias y un estilo particular de guerra. Tenemos muchos registros de todo ello: un conflicto muy largo en Afganistán, en Irak… y no podemos decir que en ninguno de ambos casos haya sido un éxito, a pesar de todos los esfuerzos invertidos en estas campañas.
La cuestión ahora mismo es determinar si este tipo de conflicto híbrido entre centros de población va a ser la tónica general en el futuro, o si continuará predominando un estilo de guerra convencional a gran escala. La forma en que se librarán las guerras en el futuro todavía está desarrollándose. ¿Se seguirá integrando con la guerra informática, los ciberataques y las actividades de propaganda, o volverá a ser algo más parecido a lo habitual históricamente? Creo que probablemente será una forma híbrida: incluso aunque haya enfrentamientos convencionales, si nos fijamos en conflictos como el de Ucrania, existe una combinación de fuerza militar y ataques digitales, una guerra integrada en diferentes ámbitos.
¿Cuáles son las principales preocupaciones de Australia en materia de Defensa actualmente?
Hay unas cuantas. En primer lugar, directamente en casa. Australia, como cualquier otra nación en este momento, debe enfrentarse con la posibilidad del terrorismo. Hace poco hubo un incidente descrito como ataque terrorista, que llevó a cabo un “lobo solitario”. Es algo que debe mantener en alerta a los servicios de inteligencia y a la policía. ¿Es una amenaza al mismo nivel que la que enfrentan otros países? Probablemente no, ya que hay una serie de características que ayudan a Australia a controlar mejor el terrorismo: ausencia de fronteras terrestres, leyes de tenencia de armas muy restrictivas y un control exhaustivo de la compraventa de productos químicos necesarios para elaborar explosivos. Creo que la amenaza terrorista en Australia está bastante controlada.
Saliendo de nuestras fronteras, el siguiente desafío en materia de seguridad al que se enfrenta Australia es el de otros estados del Pacífico. En los últimos 20 años ha habido mucha inestabilidad y Australia ha prestado asistencia en lugares como las islas del sur, Timor, Bougainville… Por fortuna, ahora la estabilidad parece estar establecida en estos lugares, pero no es seguro que vaya a ser así en el futuro. Algunas de estas naciones son bastante frágiles y pueden verse afectadas por la economía o el cambio climático. Puede haber nuevos brotes de inestabilidad a los que Australia tenga que hacer frente. E incluso es posible que en algún estado más grande, como Papúa-Nueva Guinea, se produzcan problemas que incrementen la inestabilidad en la región.
Un paso más allá, los desafíos de Australia vienen marcados por el resurgimiento de China (no diré surgimiento, ya que históricamente China ha sido una nación muy poderosa en la región). Ahora China reclama lo que considera derechos territoriales en el mar del Sur de China y quiere convertirse de nuevo en un líder en Asia. Por otro lado están los Estados Unidos, cuyo poder relativo está declinando en muchos sentidos, aunque todavía dispone de un gran poder militar. Australia, que tradicionalmente ha organizado su política estratégica contando con un poderoso aliado en la región, tendrá que hacer un nuevo planteamiento, especialmente en la época de Donald Trump, cuando muchas políticas y alianzas se están cuestionando.
Hoy en día también está sobre la mesa el asunto de Corea del Norte. Es impredecible, y tampoco se puede estar muy seguros de cómo reaccionará la Administración de Estados Unidos. Al encontrarse dentro del alcance de los misiles norcoreanos, cualquier conflicto con Corea del Norte puede tener consecuencias para Australia. De modo que, en mi opinión, es importante para el país implicarse en la gestión de este conflicto. Es importante, además, tratar de comprender los intereses de Corea del Norte, y no considerarlo simplemente un estado enloquecido. Sólo de esta manera se podrá gestionar el problema de manera positiva.
De modo que, actualmente, tenemos una larga serie de desafíos a los que nos enfrentamos.
La fragata española “Cristóbal Colón” realizó una visita Australia, llevando a cabo ejercicios de entrenamiento junto con la RAN, en los que también participaron Nueva Zelanda y EEUU. ¿Cuál es la principal utilidad de estos ejercicios?
Creo que tiene dos beneficios. En primer lugar, es muy práctico porque Australia ha comprado tres buques de guerra basados en el diseño español de los F-100, y tendrán el mismo sistema de gestión integrado. El buque español ha podido así proporcionar entrenamiento a los oficiales australianos para operar los nuevos barcos.
En segundo lugar, por supuesto, está el hecho de que los barcos australianos y españoles participan en operaciones internacionales como la protección en aguas africanas y en labores antiterroristas. Los ejercicios internacionales sirven para aprender a operar coordinadamente, aprender los procedimientos de los demás…
Australia se encuentra actualmente en plena fase de renovación de su flota. ¿Qué desafíos enfrenta en el futuro?
La flota australiana es relativamente moderna, pero es un proceso común a todas las fuerzas armadas, especialmente navales y aéreas. Es necesario renovar y actualizar regularmente la tecnología para que su rendimiento sea cada vez mejor. Además, el mar es, cada vez más, un entorno implacable. Los buques se enfrentan no sólo a los ataques por mar, sino también aéreos, y es necesario proteger otros elementos valiosos de la marina como los buques LHD, también basados en diseño español.
La situación actual, si el proyecto de las fragatas de Navantia sale adelante, es que Australia tendrá una flota con una significativa cantidad de buques de origen español construidos por Navantia.
¿Cuál cree que es la principal utilidad de los Think Tanks como el Strategic Defense Studies Centre?
Proponer soluciones a problemas complicados que mucha gente, especialmente los gobiernos, no tienen tiempo ni, en ocasiones, suficiente libertad para afrontar. Mi centro está especializado en investigar sobre el uso de las fuerzas armadas en el panorama internacional.
Al hablar de fuerzas armadas estamos hablando de ejercer violencia, de modo que los estados necesitan conocer las implicaciones del uso de la fuerza, lo que se puede conseguir y lo que no, y las diferntes opciones y posibles consecuencias. Instituciones como la mía permiten mediter sobre todos los problemas potenciales y proporcionan consejo a los encargados de tomar las decisiones. El objetivo es no tener que utilizar la fuerza sin necesidad, pero si ha de hacerse para lograr objetivos nacionales o en apoyo a misiones internacionales, conocer los beneficios y las consecuencias, y lograr los objetivos con el menor coste posible.
¿Qué conclusiones ha extraído de reuniones como el Seminario de Think Tanks que se ha celebrado en este Programa?
Me ha abierto los ojos sobre España, un país al que en principio no se le atribuye mucho interés en Asia-Pacífico, y sobre sus ideas sobre los temas que más me interesan. Me ha interesado mucho el interés y opinión de los españoles sobre Rusia y sobre la importancia creciente de China. España mira hacia la región Asia-Pacífico como una oportunidad para los negocios y la inversión, para aumentar la riqueza nacional. Así que el interés de España es trabajar por una zona Asia-Pacífico estable y próspera, que le permita acceder a estos mercados.
Nunca había pensado que España tuviera especial interés por Asia/Pacífico, pero durante esta semana he descubierto que no es el caso.
Además, he descubierto que España y Australia comparten muchas preocupaciones sobre seguridad. Tanto España como Australia son, esencialmente, países de tamaño medio, y por tanto muchas de sus preocupaciones en materia de seguridad y economía son similares.
Aunque la población de España es el doble que la de Australia, sigue siendo un país pequeño, pero a pesar de eso ha sido capaz de mantener una base industrial bastante fuerte, una capacidad de construcción naval muy potente y grandes compañías, como Inditex, capaces de competir a nivel mundial. Creo que Australia debería fijarse en eso; es mejor contar con una economía diversificada y tener un sector industrial de cierta importancia en lugar de centrarse en servicios, turismo y alta tecnología, como hace Australia. Este viaje ha sido para mí muy ilustrativo..
¿Ha cambiado en algo su percepción sobre nuestro país a lo largo de estos días?
En muchos sentidos no: ya había estado antes y lo considero un país muy tranquilo y acogedor. Estuve aquí durante las elecciones de 2015, así que ya tenía indicios sobre los cambios ocurridos en el sistema político español.
Creo que lo que más ha cambiado de mi forma de ver el país es su política exterior y su orientación hacia Asia/Pacífico. Como antigua potencia europea uno pensaría que el principal interés de España se encuentra en el norte de África, pero veo que ha desarrollado un gran interés por Asia/Pacífico.